UC - Críticas
| País: USA. |
Interpretación: Elizabeth Olsen (Martha), Christopher Abbott (Max), Brady Corbet (Watts), Hugh Dancy (Ted), Maria Dizzia (Katie), Julia Garner (Sarah), John Hawkes (Patrick), Louisa Krause (Zoe), Sarah Paulson (Lucy). |
SIN IDENTIDAD
"Martha Marcy May Marlene" es el enrevesado título (y difícil de recordar) de este estupendo drama de corte independiente e intimista, con todo lo que eso conlleva, bueno y malo. El título también resume la incapacidad de una joven de discernir cuál es su verdadera personalidad, después de vivir una experiencia traumática que le ha dejado alejada de su verdadera realidad. El mayor acierto del film es mostrarnos ese drama desde una óptica cercana al suspense o al terror, porque la vivimos desde el punto de vista de los miedos y lagunas mentales de la propia protagonista.
SINOPSIS: Martha es una joven que sufre un repentino trastorno mental en medio de su intento de recuperar una vida normal tras escapar de una secta y de su carismático líder. Busca ayuda en su hermana mayor, Lucy, de la que estaba distanciada, y en su cuñado, pero Martha no tiene ni capacidad ni voluntad para revelar la verdad sobre su desaparición. Cuando sus recuerdos desencadenan la aterradora paranoia de que su antigua secta podría aún estar acosándola, la línea entre ilusión y realidad empieza a difuminarse para Martha.
Lo mejor es acercarse a la película sabiendo lo menos posible de ella, ya que su director Sean Durkin, va desgranando su historia siempre desde la sutileza y la sugerencia, dejando que sea el espectador quien vaya construyendo a base de emociones y sensaciones el atormentado mundo interior de la chica, interpretada de forma brillante por Elisabeth Olsen. Todo el reparto está fantástico. La trama se va armando con los recuerdos de la chica en su estancia en la secta que se entremezclan con la realidad presente donde no consigue adaptarse a la vida normal junto a su sufrida hermana y su cuñado.
Ese supone, sin duda, un interesante planteamiento argumental, con el punto justo de intriga y drama, y su puesta en escena resulta original, a veces rompedora y perturbadora (planos de difícil encuadre que incomodan la visión del espectador, etc), lástima que su desarrollo parece estancarse a mitad del segundo acto, perdiendo fuerza su propuesta y conduciéndonos a un final abierto o confuso (según se mire) que nos priva de un clímax más contundente. Ese final no dejará indiferente, ya que ofrece más interrogantes que respuestas, como el resto de la película, pero Durkin lo filma todo con extrema sensibilidad y una desasosegante exquisitez. Una historia sobre una chica a la que le han arrebatado su identidad.
